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Durante su reciente estancia en Montevideo, Uruguay, el presidente de Guatemala, Bernardo Arévalo, asistió a la ceremonia de toma de posesión del presidente Yamandú Orsi. También discutió la preocupación de su país respecto a las deportaciones masivas de migrantes, una cuestión relevante tanto para su Gobierno como para los ciudadanos de Guatemala. En una entrevista concedida a la agencia EFE, Arévalo resaltó la importancia de gestionar esta situación sin dañar aún más la economía del país, y subrayó los esfuerzos de su gobierno para abordar esta complicada problemática de manera holística.
Arévalo manifestó su inquietud acerca del efecto de las deportaciones acordadas con Estados Unidos, indicando que podrían agravar la situación económica de Guatemala si no se ejecutan sabiamente. “Nuestro objetivo es hacerle entender a los Estados Unidos que debemos evitar que estas deportaciones provoquen un proceso de caída económica en un país que ya enfrenta cifras alarmantes. Si ese va a ser el resultado, en lugar de resolver el problema de la migración, lo vamos a intensificar”, declaró el presidente.
Arévalo expresó su preocupación sobre el impacto que podrían tener las deportaciones pactadas con Estados Unidos, señalando que estas podrían exacerbar la crisis económica de Guatemala si no se implementan con cuidado. “Nuestra intención es hacerle ver a los Estados Unidos que tenemos que evitar que estas deportaciones den lugar a un proceso de deterioro económico en un país donde ya enfrentamos índices preocupantes. Si el efecto va a ser ese, en vez de solucionar el problema de la migración, lo vamos a exacerbar”, afirmó el mandatario.
La migración como reflejo de la desigualdad
En la entrevista, Arévalo enfatizó que la migración no es una opción voluntaria, sino una necesidad para aquellos que anhelan un mejor futuro debido a la escasez de oportunidades en su tierra natal. “Las personas no migran por gusto, lo hacen porque no existe otra alternativa para su futuro”, subrayó.
Guatemala, la nación con mayor población de Centroamérica, enfrenta significativos retos socioeconómicos. Con aproximadamente 18 millones de personas, el 60% vive en situación de pobreza. Asimismo, el país depende considerablemente de las remesas que envían los guatemaltecos desde el exterior, las cuales alcanzaron en 2024 un récord de 21,510 millones de dólares, representando cerca del 20% del Producto Interno Bruto (PIB).
Arévalo admitió que el regreso de migrantes tendría un impacto en muchas familias que dependen de las remesas; sin embargo, afirmó que su Gobierno está colaborando con el sector privado para generar empleos para los deportados. El presidente indicó que áreas como el turismo, que experimentó un crecimiento del 13,7% el año pasado, podrían integrar a muchas de estas personas, especialmente a aquellas con experiencia en campos como la hotelería y la atención al cliente.
Desarrollo de infraestructuras y combate a la corrupción
En el marco del acuerdo con Estados Unidos, Arévalo resaltó que se ofrecerá respaldo al desarrollo de infraestructura estratégica en Guatemala a través de asociaciones público-privadas, además de incentivos para atraer inversiones extranjeras al país. Estas acciones tienen como objetivo tratar las causas estructurales de la migración, creando empleo y oportunidades económicas que faciliten a los guatemaltecos la construcción de un futuro en su propia nación.
El mandatario también utilizó la ocasión para destacar los progresos de su gobierno en el combate a la corrupción. En su primer año al frente, se estableció la Comisión Nacional contra la Corrupción y se han presentado más de 250 denuncias sobre casos de irregularidades en la administración pública. Según Arévalo, la percepción de la ciudadanía es que, por primera vez, el Ejecutivo está luchando contra la corrupción en lugar de fomentarla.
Pensamientos desde Uruguay
Reflexiones desde Uruguay
En Montevideo, Arévalo mantuvo reuniones con líderes políticos, incluyendo al expresidente uruguayo José “Pepe” Mujica. Durante estas conversaciones, destacó la importancia de integrar la ética y la política, tomando como ejemplo el legado de Mujica. “El ‘Pepe’ es un ejemplo viviente de que la reconciliación de la ética y la política no es un mito, sino una realidad que requiere voluntad y sentido de entrega”, afirmó.
La visita de Arévalo a Uruguay no solo fortaleció los lazos diplomáticos con el Cono Sur, sino que permitió al mandatario abordar de manera abierta y directa los desafíos que enfrenta Guatemala en materia migratoria y económica. Mientras tanto, el presidente reafirma su compromiso de implementar políticas que promuevan el desarrollo y reduzcan las desigualdades que obligan a miles de guatemaltecos a buscar mejores oportunidades fuera de su país.
Arévalo expresó su preocupación sobre el impacto que podrían tener las deportaciones pactadas con Estados Unidos, señalando que podrían empeorar la crisis económica en Guatemala si no se llevan a cabo con precaución. “Nuestro propósito es hacer que Estados Unidos comprenda que debemos prevenir que estas deportaciones causen un deterioro económico en un país que ya enfrenta cifras inquietantes. Si ese es el efecto, en vez de solucionar la cuestión migratoria, la intensificaremos”, afirmó el líder guatemalteco.
El mandatario explicó que el acuerdo alcanzado con Estados Unidos para aumentar en un 40% los vuelos con migrantes en situación irregular no es una imposición, sino un pacto negociado que busca minimizar los impactos negativos. Según Arévalo, los migrantes que no sean guatemaltecos serán regresados a sus países de origen con la asistencia logística y financiera de Estados Unidos, mientras que su gobierno trabaja para facilitar la reintegración de los guatemaltecos deportados.
La migración como indicio de la desigualdad
Durante la entrevista, Arévalo resaltó que la migración no es una decisión voluntaria, sino una necesidad para quienes buscan un futuro mejor ante la falta de oportunidades en su país de origen. “Las personas no migran por elección, lo hacen porque no tienen otra opción para su futuro”, subrayó.
Guatemala, el país con mayor población en Centroamérica, enfrenta significativos desafíos socioeconómicos. Con casi 18 millones de habitantes, el 60% vive en condiciones de pobreza. Además, la nación depende en gran medida de las remesas enviadas por guatemaltecos en el exterior, que en 2024 alcanzaron un récord de 21,510 millones de dólares, lo que representa cerca del 20% del Producto Interno Bruto (PIB).
Arévalo reconoció que el retorno de migrantes podría afectar a muchas familias que dependen de las remesas, pero aseguró que su gobierno está trabajando junto al sector privado para crear oportunidades laborales para los repatriados. El mandatario señaló que sectores como el turismo, que registró un crecimiento del 13,7% el año pasado, podrían emplear a muchas de estas personas, especialmente aquellas con experiencia en áreas como la hospitalidad y la atención al cliente.
Ampliación de infraestructura y lucha contra la corrupción
Como parte del trato con Estados Unidos, Arévalo destacó que se incluye el apoyo al desarrollo de infraestructura estratégica en Guatemala mediante colaboraciones entre el sector público y privado, junto con incentivos para atraer inversiones extranjeras al país. Estas medidas pretenden abordar las causas estructurales de la migración, generando empleos y oportunidades económicas que posibiliten a los guatemaltecos construir un futuro en su propia tierra.
El presidente también utilizó la oportunidad para subrayar los avances de su gobierno en la lucha contra la corrupción. Durante su primer año de gestión, se creó la Comisión Nacional contra la Corrupción y se han presentado más de 250 denuncias por casos de irregularidades en la gestión pública. Según Arévalo, la percepción de la población es que, por primera vez, el Ejecutivo está combatiendo la corrupción en vez de promoverla.
Reflexiones desde Uruguay
En Montevideo, Arévalo mantuvo encuentros con líderes políticos, incluido el exmandatario uruguayo José “Pepe” Mujica. En estas conversaciones, enfatizó la importancia de integrar la ética con la política, tomando como ejemplo el legado de Mujica. “El ‘Pepe’ es un ejemplo viviente de que la reconciliación de la ética y la política no es un mito, sino una realidad que requiere voluntad y sentido de entrega”, declaró.
Durante su reciente visita a Montevideo, Uruguay, el presidente de Guatemala, Bernardo Arévalo, estuvo presente en la ceremonia de asunción del presidente Yamandú Orsi. Además, abordó el tema de las deportaciones masivas de migrantes, un asunto importante tanto para su Gobierno como para el pueblo guatemalteco. En una entrevista con la agencia EFE, Arévalo destacó la importancia de manejar esta situación de manera que no perjudiquen más la economía del país, y resaltó los esfuerzos de su administración para tratar esta compleja problemática de una forma integral.
Arévalo expresó su preocupación sobre las repercusiones que podrían derivarse de los acuerdos de deportación con Estados Unidos, resaltando que, si no son gestionados con cuidado, podrían empeorar la crisis económica en Guatemala. “Nuestras intenciones son hacerle ver a Estados Unidos que es esencial evitar que estas deportaciones causen un deterioro económico en un país que ya se enfrenta a cifras alarmantes. Si ese será el efecto, en vez de solucionar el problema migratorio, lo intensificaremos”, afirmó el mandatario.
El mandatario explicó que el acuerdo logrado con Estados Unidos para aumentar en un 40% los vuelos con migrantes en situación irregular no es una imposición, sino un pacto consensuado que busca minimizar los impactos negativos. Arévalo detalló que los migrantes que no sean guatemaltecos serán devueltos a sus países de origen con el apoyo logístico y financiero de Estados Unidos, mientras que su gobierno se esfuerza en respaldar la reintegración de los guatemaltecos deportados.
La migración como síntoma de la desigualdad
Durante la entrevista, Arévalo subrayó que la migración no es una decisión voluntaria, sino una necesidad para aquellos que anhelan un futuro mejor ante la falta de oportunidades en su tierra natal. “Las personas no migran por elección, parten porque no cuentan con otra opción para su futuro”, enfatizó.
Guatemala, el país más poblado de Centroamérica, enfrenta importantes desafíos socioeconómicos. Con una población de alrededor de 18 millones de habitantes, el 60% vive en condiciones de pobreza. Además, la nación depende significativamente de las remesas enviadas por los guatemaltecos que viven en el extranjero, que en 2024 alcanzaron un récord de 21,510 millones de dólares, equivalentes a cerca del 20% del Producto Interno Bruto (PIB).
Arévalo reconoció que el retorno de migrantes podría afectar a muchas familias que dependen de las remesas; no obstante, aseguró que su gobierno está trabajando junto al sector privado para crear empleos para los deportados. El mandatario señaló que sectores como el turismo, que experimentó un crecimiento del 13,7% el año anterior, podrían absorber a muchas de estas personas, especialmente a aquellas con experiencia en áreas como la hospitalidad y el servicio al cliente.
Avances en infraestructura y lucha contra la corrupción
Como parte del acuerdo con Estados Unidos, Arévalo destacó que se brindará respaldo para fomentar el desarrollo de infraestructura estratégica en Guatemala mediante asociaciones público-privadas, además de ofrecer incentivos para atraer inversiones extranjeras al país. Estas iniciativas buscan enfrentar las causas estructurales de la migración, generando empleos y oportunidades económicas que posibiliten a los guatemaltecos construir un futuro en su propia nación.
El presidente también aprovechó la oportunidad para resaltar los avances de su gobierno en la lucha contra la corrupción. Durante su primer año de gestión, se creó la Comisión Nacional contra la Corrupción y se han presentado más de 250 denuncias sobre irregularidades en la administración pública. Según Arévalo, la percepción entre los ciudadanos es que, por primera vez, el poder Ejecutivo está combatiendo la corrupción en lugar de fomentarla.